Lo que pensamos de la Educación del S. XXI

A partir de un texto de Mikel Agirrebagibira, publicado en su blog, en clase de Practicum I de Educación Infantil y Pedagogía, hemos reflexionado sobre los ejes que marcarán (y están marcando) el paradigma educativo del siglo XXI. 

A continuación, extraigo las ideas principales acerca de los vectores de innovación educativa para los próximos años...

• Sistema educativo influido, en gran parte, por el momento social vivido: contexto económico, político, histórico, etc. Necesidad de abstraerse de algunas circunstancias del entorno (por ejemplo, crisis económica) para asegurar la igualdad de oportunidades y una educación de calidad para todos. Necesidad, por otra parte, de adecuarse al contexto social (por ejemplo, a las pecualiaridades de un mundo globalizado). 
• Recuperación de los valores morales, del bien del alumno como meta última de toda acción educativa. Contemplar a la persona en todas sus dimensiones (intelectual, física, emocional, espiritural, moral...). Tener presente la trascendencia y el equilibrio entre todas las dimensiones del ser humano. Educar para el bien, y no únicamente para el logro de metas materiales o la competencia técnica.

Formar personas, autónomas y con habilidades diversas; en lugar de máquinas inteligentes

• Importancia de fomentar la conducta prosocial: enseñar a los alumnos a ser y estar con otros. Para ello, servirnos de la diversidad en el aula y tomarla como una forma de enriquecimiento de todos. 
• Primar la individualidad, la libertad, la creatividad y la autonomía del alumno. Ayudar a cada uno de ellos a conocer, y reconocer, sus debilidades y sus fortalezas personales. Dirigir a los niños hacia objetivos personales, que estén de acuerdo a sus capacidades y obtener el máximo rendimiento de cada uno de ellos (olvidarnos de la constante comparación...) 
• Adaptarnos a la diversidad vivida en el aula: por cuestiones de capacidad, de procedencia, de contexto social, de lenguaje, de experiencias... Hoy, más que nunca, atender a las diferencias de cada alumno y contemplarlas como una riqueza y no un obstáculo. 
• Formación permanente e innovadora de los maestros, sobre todo en: nuevas tecnologías; idiomas; enfoques globalizadores de la enseñanza, etc. Lograr maestros equilibrados, competentes, creativos y, ante todo, comprometidos con la educación. 

Sistema educativo al que aspiramos Aquel capaz de equilibrar la adquisición de competencias, la diversión y el desarrollo personal y social de cada alumno. Aquel que cree un ambiente enriquecedor, alegre, cálido, en el que los niños se sientan amados y felices. Una educación infantil que marque sus vidas; y que los niños, al crecer y mirar atrás, recuerden como una de las mejores etapas de su vida.